La propuesta de modificar al ser humano mediante la biotecnología era, hace décadas, patrimonio exclusivo de la literatura y del cine de ciencia ficción. Hoy, las innovaciones tecnológicas, inimaginables hace unos años, han generado un tecno optimismo que activa el debate sobre el transhumanismo hacia un estado poshumano. La intuición del biólogo evolutivo y eugenista Julian Huxley en 1957 de avanzar hacia una humanidad diferente ahora es tecnológicamente posible.
“La concepción evolucionista del transhumanismo obedece a una visión optimista de la ciencia y la tecnología.”
Este libro de Héctor Velázquez Fernández sirve para entender cómo el transhumanismo es el proceso transicional entre nuestra herencia animal y el futuro poshumano. Porque ese sería el objetivo: el dominio sobre el cuerpo, la mente y el futuro de cada uno. Es decir, la biotecnología nos da la oportunidad de modificar la esencia misma del ser humano para convertirlo en un poshumano. Dotar a la evolución humana de un telos hasta ahora inexistente. La evolución ya no sería el resultado de cambios aleatorios que permiten a las especies más adaptadas sobrevivir, sino que una especie (el homo sapiens) podría adaptarse a su gusto al medio. El lamarckismo batiría al darwinismo (esas adaptaciones serían heredables).
“Tomar las riendas de nuestra propia evolución y liberarnos de la lotería genética y de las limitaciones que la selección natural nos ha impuesto durante milenios. La tecnología provee por primera vez al hombre de la posibilidad de sustraerse de la selección natural y de arrebatar su destino biológico al proceso lento, ciego, caótico y aleatorio de la evolución. El ser humano está en condiciones de tomar el control de ese cambio evolutivo gracias al avance de la tecnología.”
¿Y si pudiéramos volar? ¿O tener visión nocturna? ¿O correr a 100 km/h y dar saltos de 20 metros? ¿O estar sin respirar debajo del agua durante una hora? ¿O tener una memoria prodigiosa? O, acaso, no perder vista, ni capacidad auditiva, ni fuerza. Asusta que nos digan que nos van a instalar un chip. Pero piensa cuánto te alejas y durante cuánto tiempo de tu teléfono inteligente o de otros dispositivos a los que te conectas (o, mejor dicho, a los que estás permanentemente conectado). Asusta que nos digan que nos van a incorporar alas para volar, pero algunas personas viven gracias a un marcapasos electrónico.
“Para el transhumanismo, la clave es el avance y la mejora de la especie.”
¿Es el avance tecnológico imparable? ¿Cuál es su límite? ¿Es la ética la única barrera al desarrollo tecnológico? ¿Se debe modificar biotecnológicamente al homo sapiens para conseguir una nueva especie? Homo postsapiens. Poshumano. “Cambiar la definición de lo que somos como especie para dar lugar a una especie emergente, que podría ser no humana”. Bio-orgs, cyborgs, silorgs, symborgs. Mucho más allá de un implante coclear o de implantar una prótesis o piel artificial.
“El transhumano es un humano mejorado, pero humano, al fin y al cabo. El poshumano no se deteriorará metabólicamente, se replicará en infinitas copias y buscará la inmortalidad terrenal.”
Mientras unos investigan cómo humanizar un robot, el transhumanismo defiende robotizar al ser humano. Incluso convirtiéndolo en esa otra especie poshumana. “Reconfiguración radical del ser humano mediante la biotecnología”. ¿Qué va a ir a más velocidad? ¿Convergirán hasta el punto de llegar a convivir? ¿Dónde está el límite de ambos procesos? ¿Tiene sentido que busquemos conseguir un robot humano cuando ya tenemos humanos? ¿Y lograr un humano robot cuando ya tenemos robots?
Por cierto, ¿sería (o será) “hackeable” un poshumano? ¿Lo son ya los dispositivos tecnológicos que nos instalamos por dentro o por fuera del cuerpo?
“El transhumanismo pugna por la necesaria transformación radical del ser humano a partir de las tecnologías emergentes como una obligación irrenunciable e indiscutible para las generaciones venideras. Sus creadores y divulgadores la han revestido de tal necesidad que lo han transformado en una suerte de responsabilidad moral compartida supuestamente por todos nosotros para acelerar la transformación del ser humano actual como uno que ya no tuviera vulnerabilidad como condición, y sí la mejora como distintivo”
https://santandergto.com/transhumanismo-evolucion-artificial-ser-humano/
Está claro que, a medida que avanza la disrupción tecnológica, se abren nuevos debates que ponen al ser humano y al concepto de humano en el centro. La ética y la moral de la tecnología. Que en este texto haya tantas preguntas es una muestra de lo mucho que queda por avanzar. Y la de dilemas sobre los que se tendrá que debatir: ¿Dónde se debe marcar el límite al derecho que tenemos de mejorar nuestro cuerpo?
“Tener solo respuestas y no nuevas preguntas sería un fracaso antropológico”