Casi dos décadas de columnas semanales en Newsweek, el escenario de “uno de los duelos más significativos y amargos de la historia del pensamiento económico”. La idea se le ocurrió a Osborn “Oz” Elliot (1924 – 2008), director de la revista entre 1961 y 1976, y constituyeron un debate informal sobre la economía, sobre el keynesianismo y el monetarismo. En una época clave, dado que, precisamente, al poco tiempo de empezar se asistió a la pérdida de la hegemonía intelectual de la primera. El fuerte repunte de la inflación cambió el escenario, el diagnóstico y las recetas. Porque “en el inicio (1968), el PIB de EE.UU. crecía a un ritmo constante, ayudada por el gasto de la guerra de Vietnam, la inflación era baja y estaba bajo control y los estadounidenses se sentían más ricos y afortunados como nunca”. La estanflación como la estocada más importante para lo escrito por Keynes tres décadas antes.
“En 1960, la revolución keynesiana en materia de gestión económica de la economía estadounidenses, a la que se atribuyó el fin de la Gran Depresión, seguía en auge y los keynesianos habían sustituido a los economistas conservadores en casi todas las grandes universidades de EE.UU. No iba a ser fácil encontrar a un economista joven y elocuente que contrarrestara el punto de vista de Samuelson. Pero un alegre catedrático radicado en el reducto económico conservador de la Universidad de Chicago llamó la atención de Elliot: Milton Friedman”.
El entorno fue propicio para el duelo intelectual, pero también la generosidad y la cortesía de sendos autores. Fue clave el afecto y el respeto personal que ambos se profesaban. Como dejó escrito Friedman: “espero que se diga de nosotros que, aunque discrepamos en muchas cosas, entendimos en qué se basaban nuestras diferencias empíricas y lógicas, y que se nos dio bastante bien mantener la amabilidad, la amistad y el respeto en todo momento”.
Evolución de la inflación en EE.UU. (1960-1990)
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Los dos eran hijos de inmigrantes judíos procedentes de Europa central a principios del siglo XX. Los dos tenían un origen humilde “aunque nunca pasaron hambre”. Los dos mostraron muy pronto sus capacidades matemáticas. Su rivalidad intelectual fue intensa desde el principio. Se conocieron en 1932. Friedman tenía 20 años y estaba recién licenciado. También Samuelson, con apenas 17 años, gracias a su extraordinaria precocidad. Sus inicios como profesores (1935 – 1945) fueron muy complicados por el “antisemitismo que se daba en la universidad”. Y, en el caso de Samuelson, porque entró en la lista de sospechosos de seguir tendencias comunistas (aunque el presidente del MIT, el físico Karl Taylor Compton intervino personalmente para ayudarlo).
Crecimiento del PIB de EE.UU. (1960-1990)
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Los dos ganaron el premio Nobel de Economía. Samuelson (1915 – 2009) en 1970 y Friedman (1912 – 2006) en 1976 (conviene recordar que, si bien el Nobel de Física, de Química, de Medicina, de Literatura y de la Paz se otorgan desde 1901, el de Economía se concede desde 1969). Los dos eran PhD. Samuelson en 1941 con una tesis que, adaptada, sería su “Fundamentos de análisis económico”, publicado en 1947. Los dos estudiaron en Chicago, aunque solo Friedman desarrolló su carrera académica allí, en la Escuela de Economía de Chicago junto con, entre otros, Becker, Case, Fama, Hayek, Lucas y Stigler. “Compartía con ellos una desconfianza instintiva por la intervención del Gobierno en la economía y una preferencia por las acciones gubernamentales regladas en lugar de las discrecionales. Desarrollaron el grupo que estableció Chicago como sede de la economía de mercado y que se mostraba profundamente escéptico con respecto a la ortodoxia monetaria liderada por Harvard que había arrasado hasta entonces del debate económico. Eran los representantes del laissez faire”.
Samuelson pronto dejaría Chicago, “algo que le convenía. En los años treinta, mientras la Depresión causaba estragos y millones de desempleados pedían trabajo, los profesores de Chicago insistían en que no había nada que pudiera hacer el Gobierno por aliviar el sufrimiento humano. Al igual que Keynes antes que él, Samuelson estaba consternado por el azote del desempleo masivo y creía que las afirmaciones de la Escuela de Chicago sobre la impotencia ante tal miseria eran lágrimas de cocodrilo”. Samuelson recaló en el MIT en un momento en el que su reputación en Economía era mediocre (no ofrecía cursos de postgrado). Y ahí recibió un encargo que cambiaría su vida: “Paul: la universidad exige que todos los estudiantes cursen dos semestres completos de introducción a la economía. Y lo odian. ¿Podrías escribir un texto interesante que les guste?” 4 años después, en 1949, Samuelson publicó “Economía”, que revolucionó la enseñanza de la economía y estableció el keynesianismo como el enfoque principal de la macroeconomía para generaciones de economistas de todo el mundo. “Samuelson puso patas arriba los medios tradicionales de entender la economía al poner la macroeconomía por delante de la microeconomía”. Samuelson superaría a John Kenneth Galbraith (1908 – 2006), el “intelectual público de izquierdas de mayor renombre y economista más famoso de EEUU en los sesenta”.
La decisión de Samuelson de ignorar la teoría monetaria se convertiría en la esencia de su desacuerdo con Friedman quien, en 1960, había publicado con Anna Schwartz “Historia monetaria de los EEUU, 1867 – 1960” en el que defendían que fue la escasez de dinero en circulación y unos tipos de interés deliberadamente altos de la Reserva Federal lo que provocó una serie de quiebras bancarias que congelaron el sistema financiero, asustaron el mercado de valores y desencadenaron el colapso. Había sido la mala gestión de la oferta de dinero el principal causante del cambio de rumbo de la economía. “Friedman y Schwartz recuperaron la largamente ignorada teoría cuantitativa en una encarnación que enseguida se conocería como “monetarismo”. Su libro fue una importante contribución a la controversia entre el keynesianismo y lo que había dado en denominarse monetarismo”. Samuelson incorporó el término “monetarismo” a partir de la quinta edición de su “Economía”, en 1961.
Con el tiempo, Friedman se convertiría en sucesor natural de Hayek, no tanto por su visión de la economía (en donde discrepaban) como por su ambición en derribar el consenso keynesiano progresista y reducir el sector público: “Hayek tenía una misión. Creía que la libertad estaba en peligro a pesar de la victoria de las democracias sobre las tiránicas naciones del Eje. La revolución keynesiana en economía había legitimado e incentivado el sector gubernamental para desautorizar los mensajes del mercado y gestionar directamente las economías mediante el gasto del Estado en proyectos públicos. En 1931 se había trasladado a Londres para intentar detener en seco a Keynes. Iba a liderar un grupo de intelectuales inconformistas, disidentes, conservadores y libertarios con el objetivo de revivir una suerte de economía de libre mercado frente al progresivo socialismo en las economías occidentales. Pero las diferencias entre Friedman y Hayek sobre economía se pusieron de manifiesto en 1950, cuando éste último solicitó entrar en el Departamento de Economía de Chicago. Hayek imaginaba que su perspectiva de la Escuela Austríaca encajaría de forma natural con el resto de los conservadores de la Escuela de Chicago. Pero la lógica de la Escuela Austríaca de economía estaba tan alejada de la corriente de pensamiento de la de Chicago como ésta del keynesianismo. Hayek llegó a decir que Friedman estaba, en muchos aspectos, más cerca del pensamiento de Keynes que de él”.
“Samuelson vs Friedman. La batalla por el libre mercado” es otro de esos libros absolutamente recomendables y, en el caso de los estudiantes e interesados en economía, obligatorios. El entorno de elevada inflación de 2021 – 2023 incrementa el interés de este libro, que sirve para reflexionar sobre keynesianismo vs monetarismo, sobre política fiscal vs política monetaria, sobre el papel del dinero, sobre la mayor o menor presencia del Estado en la economía y sobre los mercados financieros y su capacidad para asignar recursos y valorar activos. Pero creo que muchas de las ideas y recomendaciones que se hacen hoy en nombre del keynesianismo y del monetarismo serían rechazadas con rotundidad por parte de Samuelson y Friedman quienes, en mi opinión, matizarían y corregirían algunas de las cosas dichas hace 40 años, sobre todo cuando se aplican a la situación actual.
“Ambos ofrecía enfoques muy diferentes de pensamiento y escritura. El estilo literario de Samuelson era el de un líder consolidado, exitoso y seguro de sí mismo, cuyas respuestas a los retos eran en gran medida generosas, si bien a veces un tanto condescendientes. Friedman era una especie de luchador callejero cuyos derechazos estaban concebidos tanto para sumar puntos como para persuadir a su escéptico rival. La intención de Friedman era política, alterar los acontecimientos mientras se estaban produciendo con la ayuda de la razón y la defensa. Samuelson se inclinaba por un enfoque a largo plazo y más amplio, y era reacio a involucrarse fácilmente en cada controversia superficial. Friedman siempre estaba dispuesto a enzarzarse en una disputa. Opinaba en acaloradas discusiones y contrargumentos acerca de quién había tenido la responsabilidad de la crisis bursátil de 1929, cómo y por qué se había producido el desplome, y qué podía hacer la nueva Administración demócrata de Roosvelt, si es que podía hacer algo al respecto”
Mi video reseña:
https://www.youtube.com/watch?v=ZwaaUhMp-HY
Muchas gracias, David. Interesante libro. Siempre he pensado que el Keinesianismo tiene sentido siempre que los periodos recesivos con incremento del déficit se compensen con los periodos de crecimiento con generación de superávit. El problema es que es fácil generar déficit, pero muy difícil generar superávit y esto último no ocurre.
Estoy de muy acuerdo. Por eso creo que Keynes estaría muy en contra de muchos comentarios y políticas que se aplican basándose en sus postulados. Y lo mismo para el Monetarismo.