De forma casi imperceptible, las mareas bajo la superficie del cambio que está implicando la cuarta revolución industrial comienzan a surtir sus efectos. La cuarta revolución industrial es la aplicación de las tecnologías de internet a cada vez más órdenes de la vida económica y social, transformando industrias completas como las telecomunicaciones, los medios de comunicación, el comercio, el transporte, etc… En el extremo, los más visionarios hablan de la teoría de la singularidad.
Está claro que esta «revolución» afecta a personas y empresas, y en breve también cambiará la forma en que funcionan e interactuamos con las instituciones públicas. Pero la cuestión es más amplia: ¿Como afecta la investigación y aplicación de esta cuarta revolución a los países en tanto constructos que regulan, facilitan e incentivan que personas desarrollen su vida y actividades en sus territorios geográficos en un mundo de conocimiento global y movilidad cada vez mayor?
Internet rompe fronteras físicas y los modelos de negocio, está robotizando cada vez más trabajos rutinarios haciendo desaparecer al «middle man», y requiere de trabajadores del conocimiento formado en disciplinas STEM. Es posible como se dice que en menos de una generación buena parte de la Humanidad trabaje en ocupaciones que hoy no existen, y ello implica que las personas han de estar formadas en capacidades que hoy o no se enseñan en todos los países o que la gente no aprende. Porque no es un tema de los millennials, sino de todos aquellas personas que hoy trabajan y necesitan seguir haciéndolo en los próximos 20 años.
Como ejemplo de la necesidad del cambio en las políticas de educación, nótese que cuando en la segunda revolución industrial las personas pasaron del campo a las ciudades a trabajar en fábricas la mayoría de los trabajos eran «manualmente mecánicos» con procesos de aprendizaje rápido donde el salto de conocimiento no era enorme. El salto de aprendizaje que requiere un trabajador deslocalizado porque su función la realiza un robot o un proceso tecnológico es bastante mayor.
Por tanto, igual que hay empresas ganadoras y perdedoras, hay países cuyas políticas les apuntan como los líderes del siglo XXI, y otros serán simplemente mercados de los primeros. Ello es evidente en altas tecnologías, donde US, Rusia y China posiblemente lideran en varios campos, y claramente en el militar. Pero todos los países no pueden replicar sus modelos, ya que el liderazgo se genera por el «efecto hub» o por el músculo político/económico/militar, y habría que preguntarse hasta qué punto están relacionados.
El efecto hub o red es el efecto atracción que se genera cuando un espacio físico concita una acumulación de talento, innovación y desarrollo económico como consecuencia de la conjunción de una serie de factores: buena regulación, fomento de la iniciativa privada, capacidad de hacer negocios, seguridad jurídica y física, nodos de comunicaciones. Los hubs más avanzados están en Silicon Valley, en la zona Boston/NY, en Londres, en la propia Tel Aviv en Silicon Wadi, etc….. Responden a países que han estimulado la creación y atracción de talento local y global que decide ubicarse y crear riqueza en dichos lugares. Junto con las potencias hegemónicas por peso político/militar son los centros que catapultarán a sus países como líderes del siglo XXI.
Por tanto, el sostenimiento de los países con todo lo que implica está más amenazado que nunca como consecuencia de la globalización tecnológica y el efecto atracción de talento de las personas que crean más riqueza, que decidirán trabajar allí donde mejor puedan desarrollar sus proyectos y capacidades.
- ¿Cómo se sostendrá la economía de los países afectados por las tendencias demográficas con envejecimiento creciente?
- ¿En qué trabajarán las personas «middle man» que sean sustituidas por las máquinas?
- ¿Qué plan de formación masivo ha de haber para la población de un país, no sólo para los jóvenes sino para los adultos que han de adaptarse?
- ¿Cuales son las fortalezas de cada país en las cuales puede apalancarse para desarrollar su propia cuarta revolución industrial?
- ¿Cuales son las industrias o sectores en las cuales cada país no debe externalizar y cuales son aquellas en las que ha de apoyarse en otros países (por ejemplo, tecnología militar avanzada)
- ¿Es Europa una gran oportunidad perdida para que los países del viejo continente sumen en lugar de restar de cara a competir no como países, sino como bloque contra las grandes potencias hegemónicas globales?
Es por ello que cada vez es más necesaria una estrategia de país en una serie de campos, entendiendo las fortalezas que le diferencian respecto a los países competidores, y de forma crítica, aquellas en las cuales es arriesgado depender de terceros países.