Siendo el primer post de 2021, me resisto a la tentación de realizar múltiples pronósticos sobre qué pasará en este año porque ya hay millares buenos análisis y poco podría añadir haciendo una lista de las «10 cosas que ocurrirán en 2021» o «las 5 tendencias principales de 2021».
Aunque en el Alcázar de las Ideas tratamos temas estratégicos de cualquier tipo y sector, sean científicos, políticos, económicos o sociales, sí creemos que la tecnología es el vector de cambio que está transformando el mundo y no hay sector ni faceta de la vida humana que vaya a quedar al margen.
En este caso intento ofrecer un breve análisis de los cambios en el mundo del dinero, tema que desde distintas perspectivas ya hemos tocado en posts pasados de este blog. En este caso haré referencia a «El dinero a partir de 2021», y me remito al artículo de referencia que escribí en LinkedIn.
En una conversación hace pocos días una persona me dijo que se avecina un futuro para el trabajo donde las personas tendrán que convertirse en inversores, tal es el tamaño de los retos que aportará la digitalización extrema de los trabajos actuales, y al mismo tiempo las posibilidades que ofrecerá la fusión de los mercados financieros y blockchain, dando lugar a nuevos activos digitales que las personas podrán comprar o vender, recibir o enviar como consecuencia de su nuevo trabajo o actividad.
Aunque es imposible saber con certeza si se cumplirá esa predicción, sí me parece seguro que los ciudadanos han de incrementar su nivel de conocimiento e independencia de opinión en materia financiera y tecnológica, y en la Unión Europea y en España en particular, partimos de un nivel bajo. La excesiva e histórica dependencia y la confianza en las recomendaciones de los bancos sitúa al ciudadano medio en un nivel de «financial literacy» bastante reducido.
Tengo la seguridad de que esto tiene que cambiar y que no será un proceso rápido ni sencillo, pero hay que comenzar.
