Economía azul: los ecosistemas como inspiración

A medida que la economía mundial ha ido progresando y, en consecuencia, elevándose el nivel de bienestar, surge el reto de conseguir su sostenibilidad. E, incluso, de poder seguir mejorando sin comprometer el futuro[1]. Se han propuesto varias alternativas, la más conocida la denominada “Economía verde”.

Por desgracia, bajo este concepto se ha desarrollado toda una variedad de opciones, algunas de las cuales son tópicos, etiquetas de marketing o populismos. Además, en ocasiones requieren una mayor inversión por parte de los productores o que los consumidores paguen unos precios más altos para conseguir lo mismo (o menos), a cambio de preservar el medio ambiente. “La economía verde, a pesar de su derroche de buena voluntad y esfuerzo no ha conseguido la ansiada viabilidad. Aunque hayamos empezado a comprender la importancia de los procesos sostenibles, pocos saben cómo hacerlos económicamente viables. La etiqueta “ecológico” solo certifica la ausencia de abonos y pesticidas químicos: no nos dice nada de eficiencia en el uso de recursos”.

La “Economía azul” es un concepto inspirado en un caso que ya funciona desde hace millones de años: la naturaleza. El creador del concepto, Gunter Pauli, y la explicación de su propuesta, en este libro. No es nuevo (tiene ya cinco años) por lo que es posible que usted ya haya oído hablar de ello, si bien bajo la forma de “Economía circular”.



Como resumen: “Inspirémonos en las distintas maneras en que la naturaleza hace uso de la física: minúsculos cambios de presión, temperatura y humedad crean productos excepcionales que, por su elegancia, simplicidad y efectividad, eclipsan los resultados de la modificación genética. Los ecosistemas dan prioridad al poder de la física sin recurrir a la química. La mayor y más fiable fuente de energía de la Tierra reside en la gravedad”. Extraer ideas prácticas e inspiración de los ecosistemas y de su capacidad de superar mediante la creatividad y la evolución los desafíos a los que ha de enfrentarse por sobrevivir. Biomímesis.


La economía azul consiste en asegurar que los ecosistemas mantengan su trayectoria evolutiva de manera que todos podamos beneficiarnos del inagotable caudal de creatividad, adaptación y abundancia de la naturaleza. Es un modelo en cascada. Y es que resulta asombroso comprobar lo poco que se rige la sociedad moderna por la lógica natural. Nuestro mundo material funciona sobre la base de recursos físicos de los que no disponemos y de residuos que no tenemos dónde esconder. En la naturaleza el desecho de un proceso siempre es un nutriente, un material o una fuente de energía. Los ecosistemas nos inspiran por mirar más allá de los modelos convencionales y concebir modelos en cascada donde el desecho de uno se convierte en materia prima para otro. Todo permanece en el flujo de nutrientes. La respuesta al desafío medioambiental de la contaminación y al económico de la escasez puede encontrarse en la aplicación de los modelos que se pueden obtener en un ecosistema natural. Algo se sustituye por nada.

“Muchos de los problemas de sostenibilidad a los que se enfrenta la humanidad ya los ha resuelto el mundo natural, de maneras ingeniosas, inesperadas y que incluso parecen ir en contra de la intuición. La economía azul demuestra que podemos encontrar maneras de aplicar la física, la química y la biología con materiales renovables y mediante prácticas sostenibles, tal y como hacen los ecosistemas. Si empezamos a comprender y utilizar el ingenio, la economía y la simplicidad de la naturaleza, podremos emular la funcionalidad intrínseca a la lógica ecosistémica y lograr un éxito inalcanzable para las actuales industrias masivamente globalizadas”.

Uno de los casos más claros es el de los residuos, un resultado de nuestra actividad que no sabemos gestionar. La sostenibilidad solo es factible cuando nuestro sistema elimine el concepto de desecho y empiece a reciclar los nutrientes y la energía tal y como hace la naturaleza. “Biodegradable no equivale a sostenible. Las soluciones con ingredientes o procesos tóxicos y efectos secundarios indeseables no están en la línea de la sostenibilidad”.

El primer paso para la transición a una economía azul es usar maneras de aprovechar los desechos e identificar aportaciones ampliamente disponibles y baratas, que tenga poco o ningún valor para el sistema. Así es como funciona la naturaleza. Cuando no sabemos qué hacer con un “herido” lo “desechamos”. Esto es la antítesis del proceder de los ecosistemas naturales. Malgastamos los residuos que generamos.

En definitiva, las industrias basadas en la economía azul se inspiran en la manera en que la naturaleza hace uso de la física y la bioquímica para construir totalidades que funcionan armoniosamente, canalizando la abundancia, transformando sin esfuerzo y reciclando eficientemente sin desechos ni pérdidas de energía. Pasan de una percepción lineal a una concepción cíclica y regenerativa”. ¿Ejemplos concretos? Este libro aporta 100 casos de empresas que han desarrollado una innovación basada en la naturaleza.

“Sustituir algo por nada y reutilizar los desechos como materia prima equivale a necesitar menos y tener más”.


[1]No, no voy a entrar en el debate sobre si el nivel de bienestar ha mejorado o no. Es obvio que sí. Soy consciente de que sigue habiendo casos de extrema pobreza, pero se van reduciendo gracias al progreso. Sé que se han ampliado las desigualdades, pero en un aumento general del bienestar de todos, aunque haya aumentado en mayor medida el de las clases más altas.

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David Canohttps://www.elalcazardelasideas.es/
David Cano Martínez 46 años, casado y con 3 hijos. Licenciado en Dirección y Administración de Empresas por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y Máster en Finanzas Cuantitativas por Afi Escuela de Finanzas es socio de Analistas Financieros Internacionales y Director General de Afi Inversiones Globales, SGIIC, empresa especializada en la gestión de carteras y el asesoramiento a inversores institucionales, fondos de inversión y fondos de pensiones. Más de 20 años de experiencia profesional en análisis económico internacional y gestión de carteras. Coautor de una docena de libros de mercados financieros y economía y de más de un centenar de artículos sobre macroeconomía, gestión de carteras, activos financieros, fondos de inversión, derivados, política monetaria y finanzas empresariales. Es profesor de los más prestigiosos centros de postgrado en finanzas españoles, entre ellos, Afi Escuela de Finanzas, y colabora habitualmente en los medios de comunicación. Tweco en la sección mercados financieros de forma ininterrumpida desde 2016 (@david_cano_m). Miembro del jurado de los premios Knowsquare y del Club de Lectura Know Square. Fundador del grupo de reflexión Los Siete del Prado (L7dP).

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