Como consecuencia de la guerra económico-financiera (weaponised finance) declarada por las democracias occidentales a Rusia por la invasión de Ucrania, Putin anuncia contramedidas financieras (reverse weaponised finance) para penalizar a Occidente a través de la exportación de productos energéticos y materias primas que vende al exterior. Putin ha anunciado que las mismas irán contra los países hostiles a Rusia.
En concreto, ha anunciado que a partir del viernes 1 de abril las ventas de gas habrán de pagarse en rublos en una cuenta del banco de Gazprom (Gazprombank), de forma que los importadores (por ejemplo Alemania) tendrán que convertir euros en rublos en el mercado spot o a plazo.
El efecto económico es neutro, porque al final el pagador entrega la divisa euro y el receptor, por tanto, la recibe. Simplemente, hay una moneda interpuesta, el rublo, que se emite para ser vendida al importador alemán y que este entrega inmediatamente al exportador ruso, que hará lo que quiera con ella. Lo que de facto implica incremento de la masa monetaria en rublos, que habrá servido para adquirir euros en este caso. Pero no hay que engañarse, porque no se han comprado euros con rublos, sino que se ha comprado euros, en este caso, con gas. El rublo vale tanto como el gas de Rusia.
Obligar a pagar el gas ruso en rublos tiene un efecto simbólico, porque Putin consigue que la moneda rusa valga tanto como el gas que vende.
Notablemente, el rublo se ha llegado a depreciar un 50% en los días posteriores a la invasión de Ucrania. Como consecuencia del anuncio de Putin, el rublo vuelve a cotizar a niveles previos a la invasión de Ucrania
El papel del rublo como moneda internacional
En el gráfico superior, se puede comprobar la trayectoria de continua depreciación del rublo respecto del dólar USA, con una caída de su precio del 150% desde 2006, reflejo de la trayectoria económica de Rusia, pese a sus vastas riquezas naturales. Putin ha demostrado, por tanto, ser un penoso gestor de la economía rusa.
Como contraste, el gráfico equivalente del yuan respecto al dólar refleja una trayectoria bien diferente desde 2006, igualmente reflejo de la extraordinaria expansión económica de China y el cada vez mayor aprecio internacional de su moneda, con una ganancia del 22% en este período. Es cierto que China mantiene controles de capitales y siendo una economía netamente exportadora y con grandes cantidades de reservas, es muy probable que su moneda no refleje el precio que los mercados le atribuirían, probablemente una mayor fortaleza que quiera ser evitada por el Banco Central de China para apoyar sus exportaciones.
Parece evidente que Rusia está comoditizando su moneda, ligando el valor de la misma a sus exportaciones de gas (de momento no lo ha extendido a otras materias primas), al menos mientras dure el bloqueo financiero de Occidente. Ello es bastante simbólico, ya que da un paso para ligar el valor de su moneda no ya a la confianza general que le inspira en los mercados su gestión económica y política en general (el denominado inside money), sino a un «patrón commodity» o «patrón materias primas», algo equivalente al «patrón oro» que imperaba para el dólar cuando el dólar se emitía ligado a las reservas de oro de la Reserva Federal de EEUU hasta que Nixon abolió esta relación en 1971. Sería un síntoma más de cambio del orden monetario mundial.
- ¿Es este movimiento de Putin una maniobra de distracción y el rublo seguirá su trayectoria descendente que se observa en el primer gráfico?
- ¿O es una señal más de reajuste del orden monetario mucho más multipolar donde el dólar perderá su carácter de moneda dominante?